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Todo lo que tienes que saber si quieres instalar un suelo de piedra

A la hora de elegir el suelo de exterior en el campo, la piedra es un gran aliado: es un material natural, elegante, tradicional y sostenible, además fácil de mantener. Estos son sus secretos.

1 ¿Por qué elegir suelos de piedra?

Destaca por su resistencia a la intemperie y su mantenimiento casi nulo. La amplia variedad de piedras, colores y acabados permite elegir la mejor opción sin posibilidad de equivocarse, en función del clima y del paisaje. Además de ser un producto natural con ventajas indiscutibles (belleza, elegancia o durabilidad), su validez está avalada por su uso desde tiempos inmemoriales.

2 ¿Cuáles son las más utilizadas?

El granito, por su dureza y buen comportamiento en ambientes húmedos. La caliza, muy apreciada en la arquitectura contemporánea por su luminosidad. La arenisca, por su aspecto arenoso, su gama de colores y su resistencia al desgaste. La pizarra, por ser impermeable y por la elegancia de sus tonos oscuros. El mármol, por su valor estético y su durabilidad. La cuarcita, por su resistencia a los cambios de temperatura.

3 ¿Qué piedra elegir según el clima?

La arenisca y la caliza son una buena elección en zonas cálidas porque no conservan el calor. En climas lluviosos es recomendable usar piedras con impermeables y antideslizantes, como el granito y la pizarra, o con acabado abujardado para mejorar la adherencia. En zonas de heladas, que deterioran la piedra, son adecuadas las menos porosas: granito, mármol, cuarcita o pizarra.

4 ¿Qué formatos puedes encontrar?

De todo tipo, regulares o irregulares, desde teselas para mosaicos hasta las grandes baldosas de 1,20 m x 1,00 m. El estándar son 60 cm x 40 cm o 60 cm x 60 cm. Los tamaños grandes se asocian a diseños modernos y suelen tener precios elevados. El formato debe ser adecuado al uso del pavimento. Un adoquín resiste el paso de vehículos, mientras las piedras de río son agradables para caminar por un sendero de jardín.

5 ¿Qué piedra elegir para cada zona?

Las calizas y las areniscas son recomendables para bordear la piscina. No se calientan bajo el sol y tienen un tacto suave que hace que sea agradable caminar descalzos. Se deben evitar los acabados pulidos. En la zona de la barbacoa son preferibles las piedras resistentes a manchas y ácidos, y fáciles de limpiar, como el granito. Si se elige una piedra porosa se le debe aplicar un sellante.

6 ¿Qué tratamientos son recomendables?

Los productos hidrófugos conservan la piedra en perfecto estado. Se deben aplicar dos capas. La piedra puede llegar pretratada de fábrica y bastará con aplicar una segunda capa en obra sobre la superficie limpia. El tratamiento de sellado es importante en piedras porosas, como la caliza o la arenisca. Proporciona protección contra las manchas sin crear película superficial, dejando que transpiren y sin alterar su color.

7 ¿Es importante el acabado?

Sí, cambia totalmente el aspecto final de la piedra y la sensación al tacto. El pulido resalta texturas y colores, mientras que el apomazado consigue un efecto similar, pero en mate. Sin embargo, en exteriores son preferibles los acabados ásperos, como el flameado, que se logra aplicando una llama a piedras como el granito y da un aspecto vitrificado; el raspado, que se emplea en areniscas, o el abujardado, que es rugoso y homogéneo.

8 ¿Qué estilos se pueden conseguir con piedra?

A pesar de ser un material tradicional, la piedra se adapta a todo tipo de ambientes. Las lajas de pizarra irregulares o la piedra encalada consiguen un aspecto natural que armoniza con estilos rústicos. Los suelos de cantos rodados confinados por franjas enlosadas encajan en ambientes clásicos. En exteriores sofisticados, el mármol, la caliza o el granito con acabado apomazado aportarán elegancia.

9 ¿Tienen mucho mantenimiento?

Apenas requiere cuidados especiales, basta con una limpieza a fondo inicial para eliminar los residuos de obra. Después se limpia solo con agua, a la que se puede añadir un jabón con pH neutro. Para eliminar manchas de grasa, óxido, cera o ácidos (limón, vino, etc) se debe recurrir a productos específicos. Conviene evitar productos químicos agresivos como la lejía o el amoníaco.

10 ¿Es la piedra un material sostenible?

Sí, lo es. No es necesario el uso de productos químicos para extraerla. Los restos de producción se convierten en materiales para construcción. Su durabilidad garantiza su uso durante años, como muestran las viejas obras romanas. Una vez acaba su vida útil, se puede reutilizar en otra obra o, si no es posible desmontarla, se recicla. Con la piedra reciclada se elabora cemento o cal, o se fabrican pinturas y adhesivos.

Fuente: https://www.arquitecturaydiseno.es/